Sentado en la estación recordó que no tenia como encender su cigarrillo, había salido de casa deprisa y el encendedor estaba en la cómoda del cuarto a una docena de kilómetros de ahí.
Era un día de primavera inusualmente frió, normalmente seguiría dormido.
Ojala no hubiera matado a nadie. -Aun estaría en cama- pensó.
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